Quizás la paternidad/maternidad sea algo normalizado, casi una obligación impuesta por nuestra sociedad. Lo cierto es que ser padre/madre es algo más que traer un bebé al mundo.
Ser padres entraña responsabilidades para con nuestros hijos para toda la vida (no solo hasta la mayoría de edad o independencia económica), por ello, debería ser la decisión más importante de nuestra vida.
De los progenitores depende casi en exclusiva la educación, afecto, cuidado, integridad, bienestar, sustento, etc. (sin olvidar la importancia del entorno socio-cultural y familiar en el desarrollo del menor).
Cuando la familia está unida parece que estas responsabilidades se cumplen o son bien-asumidas. No ocurre lo mismo cuando surge la “Crisis Familiar”. He aquí el problema: ¿custodia compartida o monoparental? ¿Pensión de alimentos sí o no? ¿Cambio de colegio sí o no? ¿Tomará la comunión? ¿Quién paga el comedor? ¿Quién paga los viajes extraescolares? ¿Carrera universitaria? ¿Erasmus? ¿Cuándo voy a dejar de pagar la pensión de alimentos? ¿No se va a poner a trabajar nunca?, entre otras muchas cuestiones.
Mientras la pareja está unida estas cuestiones no se plantean, pero, cuando se rompe la unidad, se convierten en temas de batalla constante.
Después de ver desfilar por mi despacho un sinfín de parejas en crisis familiares, (que los hay de todos los colores) he hecho mía la frase del refranero español: “Los hijos son para toda la vida”, y he añadido: “y no hasta que alcancen la mayoría de edad o la independencia económica”.
Esta frase la repito en todas las primeras visitas de parejas que solicitan el divorcio, para que no olviden que desligarse de su esposa/o no significa que sus obligaciones para con sus hijos cambien repentinamente. Los hijos tienen los mismos derechos que gozaban cuando el matrimonio estaba bien avenido.
Ello no significa que no vayan a sufrir cambios importantes en sus vidas tras la ruptura de sus padres. Por ello, es obligación de los profesionales (abogados, fiscales, jueces, etc.) junto con los padres de ser responsables y actuar con sentido común para defender los derechos e intereses de los menores, que se ven envueltos en una batalla que no es la suya.
“El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde.” Gabriela Mistral.
Maite Sancho Campos. Letrada en Pedrós Abogados.